Pensar en Santa Elena es asociar inmediatamente la idea de gente simple y sencilla, al punto tal, que la vida y la historia se oculta y a menudo se olvida entre los cordones de sus calles perfectamente pintados y las veredas minuciosamente barridas cada mañana, a poco de despuntar el sol.

Un sol santaelenense: cálido, especial, que abriga y sostiene como en ninguna otra parte y te hace saber, a ciencia cierta, que estás en casa y que todo está bien. Que no hay de qué preocuparse.

Así es Santa Elena, y estoy seguro que así seguirá siendo por mucho tiempo.

Y pareciera que no hay que contar mucho más, pero lo hay. Es este un intento de sistematizar brevemente el pasado y el presente de un lugar al que amo mucho y en el que, como todo vecino, he compartido los días más hermosos y los más difíciles de la vida. La tierra de la que conocemos las calles de memoria, pero su historia por retazos. El lugar al que todos quieren volver, pero que cuesta poner en palabras para describirlo como lo merece. Así, a lo largo de ciento cincuenta años, muchas y muchos han intentado hacerlo y también lo intento ahora, valiéndome de recopilaciones, estudios y biografías precedentes, e incorporando la novedad de la voz y la experiencia de quienes estuvieron cerca de los protagonistas, o bien vivieron de cerca algunos de los hechos aquí relatados.

Pero por sobre todas las cosas, me anima el cariño y la gratitud a mi pueblo, la Ciudad Paraíso, que conoce lo que es renacer de las cenizas, levantar vuelo y no rendirse nunca.

Para este sencillo trabajo, elegí el título Un siglo y medio, considerando la fundación de hecho de la comunidad pero rescatando algunos aspectos que anteceden a la misma, dando cuenta de que el valor y la riqueza de Santa Elena cuenta con numerosos acontecimientos que con anterioridad nos hablan de su importancia como escenario para personalidades destacadas de la Historia Nacional, como la perspectiva de crecimiento y desarrollo que fueron fundamentales para los sucesos del 2 de octubre de 1.871, en adelante. Por otra parte, la recuperación, digitalización y puesta en valor de imágenes históricas es también un detalle que acompaña estos escritos, poniéndole nombre y rostro a los acontecimientos que han forjado la identidad santaelenense.