POSFACIO
Se nos ha acusados A Marx y a mí de polemizar con todos, no es así,
sólo lo hacemos con quienes perjudican los intereses del proletariado,
no hacerlo sería señal de degeneración intelectual. Frederich Engels
Este libro nació de un azar: la limpieza de una carpeta usada para Cursos de Escritura Creativa años atrás y una certeza: que la ideas, análisis e “historias” que historiadores, periodistas, economistas y politólogos desgranaban en libros, prensa, cátedras, et al en diciembre del 2019 eran tan ficcionales como las de diciembre de 1975. Entonces, mientras los asesinos golpistas afilaban sus cuchillos, los luchadores antigolpistas eran perseguidos, encarcelados, denigrados o eliminados abriendo el camino a la instalación de una dictadura genocida. Cuarenta y cuatro años después el “huevo de la serpiente” amenazaba parir los mismo monstruos; oscuros personajes instalaban las “viejas mentiras usuales eternamente repetidas”, mostrando un mundo irreal ocultando la gravedad de la crisis del sistema imperialista y, fundamentalmente los alzamientos populares que se generalizaban, no solo en los países dependientes sino ya también en los “avanzados”. Por eso esto no es un libro de poesía, es un rebelde mentís a esa falsa historia que, como ya dijera Alberdi “sirve para construir una falsa política” y que, taparrabo de infamias, trata de castrar a quienes quieren “seguir trabajando en el cotidiano y duro oficio de sostener la vida”; lo que nos obliga como entonces a “combatir la mentira y el olvido y a hacer otra historia”. Aunque para no “cansar tanto al corazón” el concreto real se exprese aquí como Poesía de no-ficción.
En cuanto al significado de tapa y contratapa me declaro absoluto culpable. La imágenes de tapa representa lo esencial de esos 50 años, una Argentina preñada de Revolución y un homenaje a la heroica, valiente y vilmente denigrada “Generación del 69”, generación que era la nieta de esa “Generación del 14” e hija de esos “Octubres del 17, del 42 y del 67”, la continuación de ese gran movimiento mundial de masas que partiendo de la derrota del nazi-fascismo, continuó con la lucha descolonizadora de Asia y África; Cuba; Vietnam; la Gran Revolución Cultural Proletaria China, el Mayo Francés, Tlatelolco y en Argentina el Cordobazo y tantos otros grandiosos movimientos de masas que desde 1966 a 1976 conmovieron al mundo, causando tan grandes incendios que requirieron, para ser apagados, océanos de sangre, un Apocalipsis “para que el hombre cayera desde su alta estatura hasta el polvo, hasta el polvo desgranado, polvo y cenizas y nada” . Mas si por un lado “la historia la escriben los que ganan” por otro “hay otra historia” y este nuevo retorno de “Los tiempos Oscuros” hacen más necesario que nunca levantar el ejemplo de “quienes no cejan de atizar la chispa aún bajo la tormenta”.
La contratapa por el contrario ya no sólo representa la situación de nuestro país sino del planeta todo. Cuando en enero quienes situaron las manecillas del Reloj del Apocalipsis a 100 segundos del Armagedón fueron tachados de “alarmistas y conspiracionistas” por esa minoría que concentra el poder y la riqueza, su prensa hegemónica y los “meritocráticos cientificistas” que por la posición que han tomado ante la pandemia y la salida a la crisis parecen considerar a los miles de millones de hambrientos y los centenares de millones de desplazados como “no personas” al igual que en su momento sostuvieron Hitler o Tojo. Ante esto quienes “trabajan en el cotidiano y duro oficio de sostener la vida” aunque solo sostengan en sus manos “la esperanza y el viento” deberán “levantarse y andar” pues “crear nuevos mundos justos para hombres justos” y “alcanzar la luz” implica que debemos atrevernos “a cruzar la noche”.
Omar N. Belardinelli, marzo/abril de 2020.
Las citas es negrita cursiva entrecomilladas se refieren puntualmente a párrafos del presente libro.