Las palabras juegan María Julieta del Porto

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$20000

Edición en

Papel

70 páginas

Y –como debe ser– la poesía canta en su lugar y por ella pasa el sol
 

Así termina Juan Manuel Alfaro su poema Francisca en la biblioteca, que describe con gracia, inteligencia y elegancia la conmoción que produce su nieta en los estantes bajos de la biblioteca.

Así es la ruta que abre la poesía: llena de sol. Así son los poemas de Julieta: luminosos, cálidos, vivificantes. Nombran la vida y la despiertan. Llaman al juego y lo reinventan.

Si es cierto que con cada niño que estrena su curiosidad, la Creación vuelve a mostrarse inagotable, magnífica, fascinante; igualmente cierto es que al nombrarla, cada niño trepa a la condición humana, se para en puntitas de pie y alcanza su mayor estatura.

Sobre ese crecimiento que no cesa, hablan y enseñan los poetas.

A ese crecimiento inmensurable (porque no se puede medir en centímetros) acompaña y favorece Julieta con sus versos y dibujos. Sigue acompañando, debemos decir, porque su trabajo como Fonoaudióloga ha sido y seguirá siendo ese: abrir ojos y oídos para que la lengua se suelte y el mundo interno del niño se acaricie y armonice con lo que va conociendo y nombrando.

¡Y con qué precioso instrumento! ¡La palabra! Diáfana, sonora, sencilla, universal. Cuando la contemplación la precede y el silencio la prepara, esa palabra suena absolutamente nueva y elocuente: cada cosa nombrada es descubierta por primera vez por una persona irrepetible, que pisa el camino del sol por arenas que nadie aún ha marcado.

¡Qué gozo para los adultos testigos de esta maravilla! ¡Qué suerte estar ahí cuando el neohablante escucha, repite, agrega! ¡Qué estirón imperceptible pero operante se produce en el niño y en quien acompaña!

Aquí hay una herramienta hermosa para provocar esa empinadita sobre las puntas de los pies. Seguramente son páginas de Largada para un juego infinito, que va mutando y enriqueciéndose a medida que se suman los jugadores.

Pero no es un juego solitario; requiere ecos, compañías atentas, otras voces…

Así como el abuelo poeta, Juan Manuel Alfaro, confiesa agradecido “Francisca le ha devuelto la felicidad/ a los libros de los estantes bajos de la biblioteca” así, quienes abran y lean y rían y canten con estos poemas, saborearán la felicidad de las sencillas palabras. Las que se dicen de a dos, de a tres, de a varios. Las que resuenan en corazón y memoria. Las que nunca se gastan ni desaparecen.

 

Graciela Álvarez

María Julieta del Porto | Acerca De La Autora

Nacida en Concepción del Uruguay en 1964, se trasladó a los cinco años con su familia a Paraná, ciudad en la que reside hasta la actualidad.

Al terminar sus estudios secundarios, ingresó a la facultad de fonoaudiología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

Al egresar con el título de fonoaudióloga, volvió a Paraná, donde desempeñó su carrera profesional en el ámbito público y privado, especializándose en lenguaje infantil. Tal especialidad la habilitó para crear, en el Consultorio de fonoaudiología, la Unidad Asistencial de Lenguaje en el Hospital Materno Infantil San Roque de la capital entrerriana.

En 2004 alcanzó el grado de Licenciada en Fonoaudiología en la misma UNR.

Se retiró de la actividad estatal en 2019.

Este libro refleja su acercamiento personal a la literatura infantil desde temprana edad, así como evidencia el uso de esta literatura como recurso en la asistencia a niños para propiciar momentos plenos de motivación y alegría.

Las palabras juegan es su primer libro publicado, luego de 30 años de frecuentar la escritura de literatura infantil.