Escribió Tuky Carboni:

Como trabajadora de la palabra escrita, me pone feliz el hecho de comprobar que las generaciones que me suceden mantienen vivo su deseo de honrar la tradición cultural de Gualeguay, expresándose a través de diferentes ramas del arte.

Mónica Correa, cuyo primer libro de poemas, editado no hace mucho tiempo, me pareció muy bien logrado, sigue ahora, también por medio de la poesía, testimoniando su admiración a diferentes personajes de la historia.

La valentía ética, la generosidad social y la tenacidad que estos seres humanos mantuvieron a lo largo de toda su vida, la ha conmovido de tal manera, que ha encontrado la manera de brindarles su homenaje con su palabra apasionada y, a la vez, cargada de delicadeza.

Sabemos cuán difícil es mantener una línea de conducta dentro de un sistema tan despiadado y corrupto como el que padecemos. Y los humanos ejemplares que Mónica ha seleccionado para su catálogo, también sabían perfectamente que el tránsito del camino que habían elegido tendría riesgos serios; sabían que estarían expuestos a la calumnia de quienes no comprenden la grandiosidad del corazón humano, al veneno de la envidia de muchos, a la humillación de la tortura mental y física del poder hegemónico. Y aún así, mantuvieron su decisión. Realmente admirable.

Comparto casi toda lista de personajes que Mónica ha elegido. Y las pequeñas diferencias en la evaluación, no se deben, seguramente, a códigos morales distintos, sino a las franjas etarias dentro de las cuales nos ha sido otorgado vivir y desarrollarnos ambas. O, tal vez, a las interpretaciones propias, personalísimas, que cada ser humano hace según el núcleo familiar que condiciona su desarrollo. Ya sabemos que, a un nivel más profundo todos somos UNO, no estamos creados en serie; como los botones, por ejemplo.

Cada uno de nosotros, es especial, con rasgos únicos que nadie más posee. Y esa es la maravilla de la Creación Divina: la multidiversidad dentro de la unidad.