En la madrugada del 12 de Noviembre de 2000, con formato tabloide y un precio de tapa de $ 0,50, los canillitas comenzaban a vociferar por las calles de Paraná la salida del Diario UNO de Entre Ríos, anticipando de algún modo, lo que años más tarde, se convertiría en crónica de una muerte anunciada de su competidor, El Diario de la capital entrerriana.
Su salida se deba en el contexto de la antesala de una de las peores crisis económicas y sociales que vivió el país a inicios de este siglo bajo la presidencia del entonces Presidente de la Alianza, Fernando de la Rúa, y que se extendía hacia Entre Ríos, gobernada entonces por el caudillo radical, Sergio Alberto Montiel.
Pasada las 3 de la mañana, sentados en un bar de la esquina de la Plaza 1º de Mayo de Paraná, junto a Miguel y Martín, dos compañeros de la redacción, agotados por la presión del primer número, nos sumergíamos en comentarios de las notas que habíamos escrito y que más tarde serían noticias en el nuevo medio de prensa.
A pocas cuadras de la sede de la redacción y administración del nuevo medio, los integrantes de la familia Etchevehere, propietaria del hasta entonces único diario que había permanecido en pie desde su salida a los inicios del S XX, restaban importancia a la intención de un nuevo diario que intentaría destronarlo del podio. No imaginaban que el nuevo medio perteneciente a unos de los holding de comunicación más fuerte del país, ya le había asestado el primer golpe con su precio de tapa a $ 0,50 contra los $ 1,20 del tradicional medio gráfico paranaense.
Así es como a lo largo de este libro descubrirán como a través de la introducción de estrategias de marketing innovadoras para el mercado gráfico, una federalización de la noticia, sumada a la delicada situación económica de la familia Etchevehere obligada a vender las acciones mayoritarias a empresarios amigos del poder provincial de turno, terminan por consolidar al Diario UNO como líder en ventas de la región.