El Seminario 11, por otra parte, en el que Eidelsztein se apoya tanto, está lleno de falacias.
“Freud lo dice. Vean el texto: “En cuanto al objeto, en la pulsión, que quede bien claro que no tiene, a decir verdad, ninguna importancia. Es enteramente indiferente””. (Sem 11, pag. 175)
“Mientras que lo que sí dice Freud es:
“El objeto de la pulsión es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo más variable en la pulsión; no está enlazado originariamente con ella, sino que se le coordina sólo a consecuencia de su aptitud para posibilitar la satisfacción.”” (Trieb und…pag. 118, Etcheverry) (Lo destaco yo en negritas.)
¡Es completamente distinto que sea variable a que no tenga importancia o sea indiferente, cuando al menos una condición es que posibilite la satisfacción!
Y también:
“La experiencia nos permite también hablar de pulsiones “de meta inhibida” en el caso de procesos a los que se permite avanzar un trecho en el sentido de la satisfacción…Cabe suponer que también con tales procesos va asociada una satisfacción parcial.” ( Trieb und…pag. 118, Etcheverry)
Es decir: la satisfacción que proporciona una pulsión sublimada es apenas parcial, en comparación con la satisfacción plena, directa, la cancelación misma del estímulo.
Es claro que justamente la satisfacción genital no se puede sublimar, que el mejor taller literario para separadas no puede compararse con un buen polvo (a menos que conduzca al orgasmo), mientras que Lacan reafirma su posición con este increíble disparate:
“En otros términos, en este momento no estoy copulando, les estoy hablando y, sin embargo, puedo alcanzar la misma satisfacción que copulando…”
¡Cómo para que no lo lleve a “poner en tela de juicio este asunto de la satisfacción”!
Gustavo Aranda es Licenciado en Psicología por la UBA. Se analizó extensa y provechosamente con Francisco González Cobreros, de la EFBA.
Estudió lingüística y semiótica con Armando Sercovich, filosofía con Raúl Sciarreta, retórica con Ramón Alcalde, matemáticas con Delia Elmer, psicopatología con Roberto Mazzucca, y supervisó su práctica clínica con Ricardo Estacolchic.
Editó las revistas FUGÁZ-a y “Sócrates”.
Residente en Entre Ríos desde 1991, fundó el Centro Provincial de Orientación en Salud Mental y la Sociedad Psicoanalítica de Paraná.