Mi nombre es Mark. Nací en la ciudad de Concordia, provincia de Entre Ríos, en la República Argentina. Soy hijo de una ama de casa y de un padre biológico, en ese entonces ladrillero. Mis progenitores eran muy jóvenes cuando yo nací. Su vínculo amoroso duró solo unos pocos años. Estaba demasiado pequeño para recordarlo todo. La sociedad en ese momento era diferente ya que hay cosas que hoy son aceptadas y antes no. En cierto modo, la gente vivía de una manera más sencilla, con usos y costumbres de la época que luego fueron cambiando, quizás, de una forma bastante abrupta. La tecnología tal como hoy la conocemos estaba recién apareciendo en esta parte del mundo. Ya había irrumpido con fuerza la aparición de Internet en California, Estados Unidos, y aquí recién empezaban a utilizarse las computadoras de escritorio. Particularmente no tuve una computadora personal por provenir de un contexto familiar muy humilde. Apenas si sabían leer y escribir. Sin embargo, mi vida transcurría como la de cualquier niño con los juegos, los descubrimientos y con esa forma de ver la vida de manera inocente.

Pertenezco a una generación que se denomina millennials. Me considero una persona solidaria y productiva, por mis luchas en una búsqueda constante de inclusión social y también por estar en contra de la violencia de género. Siempre buscando la superación personal, los nuevos desafíos y emprendimientos con relación a las nuevas ideas. Estas son las razones que han hecho de mí una persona rebelde al sistema en cuanto a las injusticias que me ha tocado vivir. Razones más que suficientes para escribir este libro y contar una historia de vida que busca ser leída, escuchada y sobre todo difundida en la persecución del bien y la verdad. En fin, todo lo que significa ir al encuentro de la felicidad y la paz para mí y para mis semejantes.