Los poemas que integran este libro –escritos entre abril de 2014 y diciembre de 2016, fechas que se corresponden con el nacimiento de Francisca y el de su hermano Aureliano Jacinto, hecho que la posicionó como “hermana mayor”– son el testimonio de un abuelo poeta, inexperto y deslumbrado por la constante novedad de todas las cosas:
“Francisca es otra vez el mundo desde el principio
y anda separando los pedacitos del cielo y de la tierra
todavía confundidos
y, al pasarlos por sus manos,
los mira una y otra vez,
sin decidirse en qué montón ponerlos (…)”
Desde el primer poema para la primera nieta, hasta la idea de contarle un picaflor, que es un pajarito de verdad pero parece recortado de un papel glasé metalizado, o la contemplación de la ascensión inalcanzable de una jirafa de juguete, con lo dorado de todo lo posible que inocentemente se eleva; desde su primer sueño en mis brazos o su primera palabra (y las que vinieron después), la pureza del instante soplada al infinito en un diente de león; el descubrimiento del mar, que –según me reveló– “tiene burbujas”… hasta su prudente relación con una lechuza o su indiferencia a las palomas, o la sonrisa en la punta de sus dedos al tocar las alverjillas… el descubrimiento del interior de una tostada, la creación de sus propios adjetivos, la revelación de un lugar “imposible”… la rebeldía de mi biblioteca: el desorden feliz, los libros sueltos de anaqueles por su gracia… hasta el instante de asistir a la “coronación” como “hermana mayor”, al conocer a su hermanito recién nacido y quedarse suspendida como un picaflor en un baile encantado frente a una flor increíble…
Más que escribir, he procurado “transcribir” –en este “primer” libro de Francisca– la presencia natural de la poesía en un nuevo ser sobre la tierra. Haber participado de esa maravilla justifica, plenamente, mi vida.
Hace años escribí un verso que decía: “el mejor azul viene de viaje”. Y era cierto. Llegó el mejor azul.
Y después, llegó otra vez.
Y, todavía, siempre, “el mejor azul viene de viaje”.
Juan Manuel Alfaro
Nogoyá, Entre Ríos, 1955. Ha publicado Cauce, La luz vivida, El cielo firme, La piedra Azul (Premio Orlando Travi, Fundación Argentina para la Poesía, 1985), Plena palabra (Premio "Fray Mocho" de Poesía 2002), Sonetos (con Julio Federik), Las borrajas azules y Los teros de la gracia (poeasía); La dama con el unicornio (cuentos) (Premio "Fray Mocho" de Cuentos 1998); El Zurdo. La vida y el canto paranasero de Miguel Martínez (biografía), El canto entero de Marcelino Román (ensayo) y Barriletras (notas sobre poetas entrerrianos, con ilustraciones de Jorge Gito Petersen).
Además, compiló y prologó la Obra poética de Carlos Alberto Álvarez, El gozo y la elegía, poesía inédita de Héctor Jorge Deut y Comarca y universo, Antología poética de Marcelino M. Román.
Con Ana Editorial publicó ¿Los zulúes son azules?, Nombres propios y El libro de Francisca.