Cuentos sobre metafísica, amor y desmesura Dosilazo

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$18000

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Papel

192 páginas

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¿Qué va a encontrar el lector en esta antología de cuentos? Guerras, destrucción, sangre e histeria. Pero también encontrará el delicado atisbo de la belleza, aparecido bajo la forma del enamoramiento. Asimismo, algunas excentricidades variadas, como historias de monstruos, magos, vaqueros, dioses griegos, científicos locos. Hay, por ahí, relatos sobre pintores y filósofos, algo más introspectivos y serenos. Y hay, también, algunos textos que mezclan todo eso en un delirante torbellino, que acaba expeliendo un relato que bien puede merecer que se lo considere, a la vez, un cuento sobre metafísica, amor y desmesura.

Estos textos son, en fin, la recopilación del ocioso ejercicio de la escritura, ejecutado sin otro propósito que la diversión. Júzguese, pues, a este libro como lo que es.

Dosilazo | Acerca Del Autor

Dosilazo

A toda persona le toca nacer en alguna parte. Dosilazo lo hizo en una clínica de la localidad de Haedo, Partido de Morón, el 16 de enero de 1993. Sin embargo, no residió jamás allí. Se crió en Castelar, en la casa materna, junto a sus dos hermanas. Al emanciparse, vivió en la propia localidad de Morón, homónima al Partido.

Siempre tuvo amor por el oficio narrativo. Cuando jugaba con juguetes (o con su sola imaginación), fantaseaba historias. Al aprender a dibujar, componía, para su abuela, una serie de historietas de una súper-heroína, llamada, justamente, La Súper Abuela. Cuando su mamá le enseñó las letras vocales (y todavía no sabía usar las consonantes), ya sintió deseos de escribir. Pero, claro, ¿cómo escribe uno un relato sin consonantes? El pequeño Dosilazo utilizó sólo las vocales para formar las palabras, creyendo que, aunque prescindiera de las consonantes, él podría volver a leer lo que escribió y entenderlo (por recordarlo). Fue imposible. El texto era una versión de Los Tres Cerditos; fue, como pudo, su primer cuento.

Siempre tuvo en claro que, al crecer, iba a ser escritor. Y, mejor o peor, lo acabó siendo.

En sus años adultos, trabaja como profesor de filosofía en escuelas secundarias de la zona oeste del conurbano bonaerense. La literatura, la filosofía y la enseñanza son sus tres mayores pasiones, y, si hay un Dios (Dosilazo cree que lo hay, y, cariñosamente, lo llama La Madre), ha sido muy afectuoso con él, al permitirle volcarse con tanta amplitud hacia aquellas actividades.