Escribió Washington Atencio:

Cocún es un capullo de voces en eclosión: algunas fluyen aquí con la linealidad del relato, otras irrumpen como fogonazos de pensamientos, otras teorizan y reflexionan, otras se pliegan al lirismo del poema. Todas se entretejen. Todas ellas y cada una son el yo que habla, un yo múltiple, diverso, expansivo.

Nacer –dirá la autora– “es matar la coraza / que nos pudre”. Por eso, los seres y personajes que habitan estas páginas son los que van gestando ese nacimiento, configurando esa voz. El deseo es un bicho, una fiera que corre, es Apola luchando con Génido, es el monstruito que germina bajo la piel, es Doña Bater Flai tomando un helado con su nietito, es un niño luminoso que abre las alas y se eleva.

En su ambigüedad y salvajismo, en su hibridez y esplendor, todas son caras del yo que escribe. Porque este libro no es solo literatura, es también una radiografía de la identidad, el relato de una transición. Por eso nombra el cuerpo y la intimidad, los vínculos, los mandatos y las etiquetas, la lengua que anula y la que habilita, el amor: “me deseaste / y yo te quise tanto / que de mí brotaron / arboledas”.

Cocún un conjunto de voces que se reúnen y cantan. Un coro que entona los acordes de una vida. La búsqueda de una voz guiada por el deseo.

En este canto, oración y reclamo, Ana dice: “quiero ser la mariposa que me negaron”.

El capullo se abre…