Escribió Úrsula Alonso:

Una tarde, en el teatro de un pueblo, la autora de este libro se encuentra con una antigua conocida. El cruce de miradas abre un arco entre la infancia, ese pasado compartido, y el presente, la adultez. Intercambian algunas palabras sobre cómo va la vida, sobre cómo pasa el tiempo, sobre la familia. De pronto, una de ellas dice algo que a simple vista podría ser trivial pero que no escapa a la sensibilidad de nuestra autora. Ese algo envuelve un nombre que se convertirá en el núcleo de esta narración: Emilia.

A medio camino, entre la crónica literaria y el ensayo novelado, Algo sobre Emilia es el relato de una niña con Trastorno del Espectro Autista (TEA), pero también es la historia de una familia que se consolida, de una madre incansable. Desde las primeras líneas, la obra nos sumerge en un desplazamiento que va desde la observación etnográfica, hacia el centro de la experiencia escritural. Asistimos a la intimidad de quien escucha y observa, como también podemos contemplar, con detalle, la reconstrucción de lo observado. Y en ese itinerario, somos parte de un proceso compartido. En este sentido, la experiencia es doble: contemplamos, por un lado, el recorrido diario de una familia, de todos sus integrantes, que aprenden a sortear las dificultades de una realidad dura e inestable; acompañamos, a la vez, el camino que la narradora traza en paralelo. Y en su andar por jardines, habitaciones, consultorios, plazas, juegos, quien narra se permite expresar los estados entre los que su cuerpo y su mente se debate. Ella, conmovida en ciertos momentos, desconcertada en otros, atraviesa lo mismo que un lector ajeno al tema podría atravesar: la incursión en un terreno desconocido, apenas nombrado, pero real, transformador, movilizante.